miércoles, 2 de abril de 2008

MARZO


SANTA MARIA DE LA ALAMEDA
La Alamea-Arroyo de los Horcajuelos-Prado de la Fuente
Vegetación de ribera sobre piso de melojo, entre gneis.
16:20 h 6ºC

Este invierno ha sido seco, especialmente seco y benigno en sus temperaturas y se nota en el campo, quizás adelantando poco a poco la estación, echa de menos la carestía del líquido elemento.
El fuerte viento borra con fuerza las nubes y el milano real, evoluciona a duras penas con las fuertes rachas, buscando la térmica que le permita remontar el vuelo y rondar su cazadero.
El milano real (Milvus milvus) permance sedentario durante el duro invierno serrano mientras su pariente el milano negro (Milvus migrans), prefiere emprender viaje a tierras africanas y regresar con los primeros calores de la primavera.
El milano habrá construido un nido en lo alto de un pino, encina o melojo con ayuda de ramas y residuos de vivos colores como plásticos, cuerdas o bolsas.
Entre los tapiales desnudos asoman los rojizos dedos desnudos de los sauces, que cubiertos de musgo sus fustes y metidos entre los trampales acuosos comienzan a floreces con sus diminutos pelillos amarillos. En las aguas cristalinas del arroyo donde se arremolina la coruja, canturrean los mirlos, burlones.
Pese a lo escaso de las precipitaciones el ciclo del agua comienza aquí, la tierra mana, entrampaladas, las laderas escurren gota a gota, que colmata pozas y regajos y nutre de vida las fuentes y arroyos. Al reguardo de la tapia asoma una pequeña orquídea.
La zorra(Vulpes vulpes) escondida en lo más hondo de su hura, ha dado a luz de cuatro a seis cachorros cubiertos de borra, ya abrieron los ojos y están impacientes por salir a merodear por las proximidades de la madriguera. Hasta la noche no saldrá la hembra en busca de alimento de sus crías.
El melojar desnudo, donde solo se intuyen las tiernas yemas, se engalana con sus primeras flores, se cubre de un tapiz de narcisos (Narcisus pseudonarcisus) que lo inunda todo, aprovechando los rayos que se cuelan entre sus copas deshojadas. El suelo cubierto de hojarasca sirve de acomodo a numerosos microorganismos, insectos y pequeños mamíferos que merodean proteguidos por ellas. Numerosas agallas pueblan las ramas, en forma de canicas(Andricus kollari) o agallones ( Andricus quercustozae) según el origen de la picadura. Tambien las hojas son objeto de las agallas (Neuroterus) aunque ahora se encuentren el el suelo.
En lo alto de una rama la tarabilla común (Saxicola torquata) entona su trino. Merodea el macho en busca de su hembra, en un territorio pequeño, pero del cual son siempre fieles.
En la pequeña mata de pinar de un abandonado vivero, una columna de procesionarias (Thaumetopoea pityocampa) realizan su ritual camino desde su nido algodonoso donde pasaron el invierno en las copas de los árboles al suelo donde realizarán su metamorfosis y se convertirán en unas mariposas de color oscuro. Pondrá sus huevos de nuevo en las copas de los pinos y cientos de orugas se alimentarán de nuevo de las acículas de los pinos, constituyendo a menudo auténticas plagas.

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