jueves, 27 de septiembre de 2012

Entre las cenizas

Entre las cenizas: pájaros, zorros, milanos, buitres... recorren el escenario de la tragedia. Entre los árboles ennegrecidos algunos signos esperanzadores: un pino verdea entre el gris panórama, un hormiguero, continua su quehacer entre las cenizas, la vida continua pese a la acción de los terroristas.




Inmediaciones de La Paradilla
 Una vez terminados los trabajos de extinción, conviene una valoración antes de hacer propuestas.Para ello aquí teneís una muestra de nuestro trabajo de campo.

Los ecosistemas afectados han sido pinar de pino negral (Pinus pinaster) con claros de enebros (Juniperus oxycedrus) y jara (Cytisus ladanifer) con pies aislados de encina (Quercus ilex) y bosquetes de fresnos y sauces en las proximidades de río Cofio.
Encinas y algunos pinos han sobrevivido al paso de las llamas
El bosque mediterráneo esta perfectamente adaptado al fuego, siendo parte de ciclo evolutivo de su ecosistema, la degradación contante que ha sufrido por el laboreo y pastoreo intensivo son la causa del la proliferación de la masa de pino negral que se extiende por los antiguos baldíos de los encinares.









Aspecto que presentaba días antes
La acción del fuego se ha limitado, en mayor medida, al sustrato herbáceo, que se encontraban en el final de su ciclo vegetativo. En el estrato arbustivo compuesto principalmente por jara pringosa y enebro de la miera, nos encontramos con especies sobre todo la primera, pirófilas, capaces de reproducirse en terrenos quemados y soleados.
El estudio de las estructuras, nos indica que si bien aparecen sin follaje y ennegrecidas, la temperatura no ha afectado el interior de sus tejidos, no penetrando en fuego en sus troncos, salvo raros casos, sin embargo todavía es pronto para asegurar el impacto que han sufrido el sistema radial.

En cuanto a los pinos, los pequeños ejemplares, que todavía no eran reproductores, han perdido la totalidad de sus acículas y aunque su madera permanece intacta, pues la corteza le ha protegido convenientemente, los daños sufridos en el subsuelo les afectarán en mayor medida. Los ejemplares que aparecen quemados completamente o partidos por el fuego, son los menos. Aparecen en numerosos lugares ejemplares adultos, productores de semilla, que mantienen un tercio de su copa o más sin haber sido afectada, por lo que intuimos que su sistema radial profundo no ha sido afectado y podrán continuar.

Estado actual



El estudio general del suelo y de sus microorganismos, nos lleva a primeras valoraciones positivas, la temperatura que ha alcanzado en un sotobosque fundamentalmente herbáceo o de pinocha reseca, no han sido lo suficientemente alta para profundizar en el interior de la tierra más de unos centímetros, pudiéndose salvar gran parte de las bacterias y hongos que en ella habitan. Las condiciones químicas han cambiado y caben reservas en su próxima evolución.

Hemos de destacar en este primer estudio, que aparecen gran número de pies poco o nada afectados en áreas totalmente calcinadas, que corresponden con especies típicamente mediterráneas como encinas y enebros de la miera, así como bosquetes de melojos o fresnedas, que apenas han sufrido la incidencia del fuego, lo que nos debería hacer pensar en ciertas conclusiones.









Pese al panorama, la mayor parte de las estructuras internas no estan afectadas


L catas en los troncos muestran que la corteza ha permitido en buen número, mitigar la acción del fuego


Los hormigueros a plena actividad, muestran que la intensidad del calor fue muy superficial



Huellas de zorro, tras la tragedia los oportunistas encuentran en las víctimas un recurso energético.
 




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