miércoles, 28 de noviembre de 2012

El pasado domingo disfrutamos de un agradable paseo por las inmediaciones del río Aceña en compañía de nuevos amigos y otros ya reincidentes. Gracias a todos.

Recogimos un puñado de buenas setas: setas de cardo, champiñones, lepiotas, pie azul, níscalos, boletos, senderuelas, rebozuelos,... y aprendimos juntos un poco más de la ecología de los hongos y de su importancia en la cadena trófica de la naturaleza.

Con algunas de estas setas, proponemos unas actividades para los más peques de la casa, porque Natursierra continúa también después de nuestras sendas.

Hoy inauguramos NATURmini para los más pequeños, donde encontraremos manualidades para toda la familia. Aprenderemos a reciclar y a trabajar con elementos muy comunes en nuestras casas y en nuestras salidas al campo, un poco de paciencia y mucha imaginación son los dos ingredientes para transformar un desperdicio en un auténtico tesoro.

Comenzamos la primera entrega, con un bonito marca páginas que hemos creado con una de las setas que recogimos en la ruta del domingo con nuestros amigos, si no tienes una, seguro que en tu nevera encontrarás un champiñón, pues eso también es una seta, así que no tienes excusa, manos a la obra.


lunes, 19 de noviembre de 2012

Nos vamos de setas

Este domingo te proponemos un viaje al reino de los hongos, un lugar húmedo y sombrío donde brotan los colores del suelo. Acompáñanos a descubrir sus curiosidades y su forma de vida. Esta ruta es muy sencilla ideal para grandes y pequeños, apenas necesitas un chubasquero y ganas de andar.

Recorreremos unos 5 kilómetros para adéntranos en un fabuloso pinar donde encontrar las famosísimas casas de los gnomos. Te esperamos el domingo 25 en el aparcamiento del río Aceña a las 10:00 de la mañana. Puedes apuntarte en nuestro correo enriquegarcia.natursierra@gmail.com o presentarte sin más. Si no sabes cómo ir pincha aquí. El aparcamiento esta a dos kilómetros de Robledondo, junto al puente que hace cruzar a la carretera M-535 sobre el río Aceña.
Te recomendamos llevar un bocadillo, para hacer una paradita, agua, ropa de lluvia... y mucha ilusión. Toda la información y como siempre nuestra guía, en la pestaña de RUTAS.

Te esperamos.

sábado, 10 de noviembre de 2012

El aullido vuelve a la sierra

Hace años que su aullido se ha apagado en nuestras montañas y su recuerdo parece reducirse a cuentos de viejas con los que asustar a los niños, las lobadas que recuerdan los pastores, los loberos, las carlancas,... parecen imágenes en sepia del recuerdo rural, ¿o no?

El lobo ibérico Canis Lupus insignis
Este cánido, del tamaño de un pastor alemán, robusto y de cabeza grande y redondeada, orejas triangulares erguidas y cortas, ojos ambarinos y cola grande y poblada acabada en tono negro. Su pelaje es de color canela con manchas pardas y negras, principalmente dos líneas negras en sus patas delanteras que lo identifican del resto de los lobos que pueblan el hemisferio norte. Este carnívoro social, se agrupa en nuestro país en manadas de tres a seis individuos, itinerantes de amplios territorios de más de 100km cuadrados. Posee una vista, oído y olfatos extraordinarios y se mueve en el crepúsculo principalmente en verano. Suelen cazar en grupo principalmente mamíferos de tamaño medio, pero no desdeña ninguno de los recursos que se le ofrecen, como carroñas, basuras o frutos en diversas épocas del año. Su técnica consiste en el acoso y persecución de sus presas a las que pueden perseguir largas distancias hasta agotarlas con su característico trote lobero, para después abalanzarse sobre ellas.

La loba pare, entre abril y mayo, en un cubil de tres a ocho lobeznos que nacen con los ojos cerrados. Se mantendrá con ellos durante dos meses, en los cuales, el macho le llevará comida que regurgitará para que coma la hembra. Pasado este periodo de lactancia comenzarán a comer carne que traigan los miembros de la manada. A partir de los cuatro meses cambian su dentición por la definitiva pasando a llamarse lobatos. Hasta los dos años no alcanzarán la madurez sexual, tras la cual permanecerán en el grupo bajo la jerarquía del macho y la hembra dominante, los únicos reproductores, o entablará combates de sucesión que le encumbrarán o le obligarán ha abandonar la manada.

Numerosa literatura lo ha descrito como una bestia feroz, capaz de atacar a los hombres o esquilmar cabañas enteras, desde tiempos inmemoriales se les ha perseguido y aniquilado. Fue muy frecuente en la sociedad rural, la figura del lobero que recorría las aldeas serranas y las majadas con los lobeznos y con las pieles de las capturas, para recibir a cambio dinero o especies que valoraban su trabajo. Los últimos loberos de Madrid fueron el tío Francachela en Bustarviejo y Marcelino Soriano en Peguerinos, lobero mayor del reino, que anduvieron por estas sierras hasta pasados los años cincuenta.



El lobero era  recibido como un héroe a su llegada a los pueblos
El conflicto entre ganaderos y lobos siempre ha existido. Para un cazador la presencia de grandes rebaños de herbívoros indefensos, es una oportunidad que en el medio natural es impensable. Cuando una jauría de lobos ataca una manada de ciervos, estos huyen en desbandada, y con fortuna, quizás sea posible alcanzar al más débil o peor dotado de los ejemplares. Para cuando la captura se haya realizado, estarán a varios kilómetros de distancia.

Cuando atacan una majada, apenas un par de pequeños perros careas los guardan, y una vez abatida una presa, el resto aguarda pacientemente en el redil, agotándose esperando ser rematada. No es ansia de matar por matar, es la inusual posibilidad de tener comida, cuando lo normal es ayunar durante días o incluso semanas.

Los cepos para lobos fueron un terror para
pastores y demás fauna.
Su desaparición de nuestros campos ha relajado actitudes tradicionales, para no convertir el ganado en alimento fácil, preferible a las presas salvajes. El ganado pace sin guardianes por el campo, al caer la noche no se recoge y protege. Los mastines y las carlancas para defender sus cuellos han desaparecido y las explotaciones intensivas de ganado han proliferado.

Su aparición en las sierras de la comunidad de Madrid, ha traído de nuevo la controversia y el miedo. Se aúna la burocracia de la administración y la picaresca, mientras el lobo permanece en la cuerda floja. Los ganaderos exigen la indemnización de las reses matadas en la comarca del Lozolla y Somosierra, las autoridades no reconocen una población fija en la Comunidad de Madrid y remiten el problema a individuos itinerantes de la vecina Segovia. Mientras el clima se enrarece y el miedo y el rencor atávico reaparecen. Si queremos que este carnívoro ibérico vuelva a nuestras sierras, debemos plantearnos salvar también al ganadero de la sierra, sino serán infructuosas todas las medias.

El llamado perro lobo tiene características diferentes, su cabeza es más alargada,
 su hocico y cabeza son más grandes.


La dieta del lobo esta variando a oportunista, principalmente basura y carroña.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Homenaje a mis valientes




Pese a que las previsiones más optimistas sólo daban un 95% de lluvia y a eso de las nueve y media la cortina de agua que caía, sólo podía presagiar una inundación bíblica. Dos héroes anónimos acudieron a nuestra llamada. Y como una cosa así, no puede quedarse sin recompensa, tuvimos un recorrido sin una sola gota de agua.


Cada tres a cinco años la cosecha de bellota
es más abundante, hecho que se conococe
como vecería.

La experiencia de caminar sobre la hierba húmeda, recuerda a una mullida alfombra que te invita a dar un paso tras otro, y pese a lo desapacible de las nubes, el tiempo fue benigno con nosotros. Los colores otoñales cubrían las arboledas de los valles y los prados con amarillos, anaranjados, dorados... que remarcados en el gris payne del cielo, tomaban una identidad irreal. Una liebre salió de nuestros pies para animar el camino y disfrutamos con la variedad de formas de las agallas de los robles y los rosales silvestres. Cerca ya de la presa de Peguerinos, un bando de buitres alzó pesado el vuelo ante nuestra presencia, buscando con dificultad la térmica que les catapultase a un destino ignoto.

Un caldo caliente, bajo las copas otoñales de los melojos, es un placer espartano, al alcance de todos, que sólo aprecian y disfrutan unos pocos. El calor de la taza en las manos, aspirar el aroma que trae recuerdos de setas y hierba mojada, mientras recreas el tacto entre los líquenes tiernos que ceden bajo la suave presión de los dedos, son el carburante ideal para reanudar la ruta.
El cielo que se abre ante nuestros ojos en las parameras, a menudo te obsequia con el vuelo majestuoso del milano real, que como un velero, sobrevuela sin esfuerzo nuestras cabezas. Y como si de una de estas rapaces se tratase, no encaramamos al esplendido mirador que conforma nuestra sierra en el paraje de Peña el Águila, para recorrer con la mirada las cumbres de Gredos y Guadarrama.

Acabamos el camino junto a una copa de vino y una buena tertulia con ya, unos nuevos amigos, ¿se os ocurre mejor final?, pues no lo pienses, muy pronto te invitamos también a ti, valiente.

Un caldo caliente bajo los robles melojos es un dosel
multicolor que pocos pintores pueden imitar

Este hongo nos sirve para anticipar el tema de nuestra
 próxima ruta

Los chopos se encienden de bonitos tonos amarillos

Y aqui los valientes,gracias.