martes, 26 de febrero de 2013

Bajo cero

Cuando el termómetro marca cuatro grados y medio bajo cero a las diez de la mañana, y tenemos un grupo de amigos sonrientes, no puedes hacer otra cosa que dar las gracias. Pese a que la mañana lucia con un sol esplendido, este se había olvidado de calentar. Por suerte, la caminata nos deparo agradables sorpresas como un rebaño de muflones, un par de buitres negros y la asombrosa silueta del águila imperial. También otras aves acudieron a nuestro encuentro, como el mirlo acuático, los rabilargos, los pinzones o los escribanos montesinos. Un bando de gorriones se hermanaban con otro de estorninos negros, sobre los paredones derruidos de las casillas de La Paradilla. Aunque el almuerzo fue ligero, pues el frío nos recomendaba abreviar, con la subida al collado todos entramos en calor. La fauna se mostro esquiva, pero si pudimos encontrar rastros y huellas de corzos y jabalíes.
Ya bien pasado el mediodía, pese a que la temperatura engañaba al mercurio, el viento comenzó a soplar con cierta intensidad y esparcir pequeños cristales de hielo, haciendo que esos escasos grados de más, bien pareciesen de menos. Con amigos como estos, uno entra en calor, aunque el termómetro se empeñe en lo contrario, y no queda más de decir: Gracias.








jueves, 21 de febrero de 2013

Camino del San Benito

Este mes os proponemos un viaje al bosque secreto, enmarañado, donde habitan miles de ojos, el enebral. Nos adentraremos en él para conocer su flora y su fauna, descubrir sus curiosidades y sus tesoros escondidos. En las inmediaciones de uno de los montes más emblemáticos de la comarca, el Cerro San Benito, repasaremos la historia reciente más oscura de nuestro país, recorriendo las antiguas posiciones de la Guerra Civil, monumentos a la barbarie en forma de trincheras, fortines y puestos de observación. Esto un mucho más nos espera este domingo 24 de Febrero en La Paradilla, una pedanía de Santa María de la Alameda, si no sabes llegar picha aquí.

Comenzaremos a las 10:00h, rogamos ser puntuales. El itinerario tiene tres alternativas, que realizaremos según las condiciones físicas y climatológicas del grupo.
Llevad ropa de abrigo, chubasquero y algo de comida.

Esta sí que no te la puedes perder.

   

sábado, 16 de febrero de 2013

Un carambola cósmica


Estela luminosa del fragmento Fuente: Internet
Desde la perspectiva de un mundo creado a imagen y semejanza nuestra, la mayoría de las veces nos queremos creer los amos del mundo, capaces de medir, cuantificar y calibrar, todas y cada una de las cosas que nos rodean. Muy frecuentemente, nos embriagamos con nuestros delirios de grandeza y jugamos a ser dios. Pero un minúsculo pedrusco que orbita en el espacio, rompe nuestro sueño una mañana, y nos agarra con fuerza las solapas y nos demuestra, nuestro verdadero tamaño, en el universo.

Y eso pasó la mañana del 15 de febrero de 2013 en Cheliábinsk, Rusia. Una piedra o trozo de hielo grande, procedente seguramente del cinturón de asteroides, situado entre las orbitas de Marte y Júpiter, que como un cementerio de elefantes, acumula la materia residual de la formación de planetas y cometas. Un buen día una colisiona con los escombros espaciales, y provoca que un fragmento de 17 metros y 10.000 toneladas, tome otra orbita y se aproxime peligrosamente a un pequeño planeta azul de su sistema, a la velocidad de 18km/sg. Un ruido atronador parece rasgar el aire, durante 32 segundos una bella estela dorada, eclipsa con su luz por un momento el amanecer, dura treinta y dos segundos y después una explosión. La onda expansiva tira muros y rompe ventanas. El meteoro se fragmenta al entrar en la atmosfera, un fragmento del meteoro cae en lago Cherbarkul, que estaba helado, dejando un gran agujero. Cientos de personas han resultado heridas y la piedrecita ha desatado una energía de 500kilotones, veinte veces la bomba atómica de Nagasaki.

Cráter de uno de los fragmentos Fuente: Internet
Ese mismo día esperamos otro gran visitante, este si lo teníamos medido, catalogado y hasta bautizado el Asteroide 2012DA14. Un pedrusco espacial de casi 45 metros y 130.000 toneladas que pasó rozándonos a 27.869 kilómetros de las costas de Tailandia, si tenemos en cuenta que el diámetro de la Tierra es de 12.756 kilómetros, descubierto hace un año por el observatorio mallorquín de La Sagra.

Un pedrusco similar, de 75 metros de diámetro, cayó en Arizona hace 50.000años y dejó un cráter de 1.500 metros. Otro hace 65.000 años de 10.000 metros acabo con toda la vida en la Tierra que tuviese más de treinta centímetros, incluidos los dinosaurios.

El antecedente más cercano, sucedió también en Rusia. En 1908 en Tunquska, Siberia, se produjo el llamado “Evento Tunquska”. Un meteoro se desintegro antes de tocar tierra, nunca se encontró cráter, pero tumbo todos los árboles en una superficie de 2.200 kilómetros cuadrados en las proximidades del río Podkamennaya Tunguska. Se piensa que este bólido tenía tan sólo de 30 a 40 metros.

Ambos sucesos no tienen nada en común, pues ambos llevaban trayectorias casi opuestas. Diariamente caen sobre nuestras cabezas más de cien toneladas de material cósmico, lo que nos hace pensar que en el cosmos, somos tan importantes como la hormiga que pasa por nuestro jardín, y tiene la suerte de no cruzarse con nuestra bota. A veces necesitamos un chinarro cósmico, para poner en perspectiva de nuestro verdadero tamaño.

viernes, 8 de febrero de 2013

¿Cien gaviotas dónde irán?

Cien, y muchísimas más, miles. Madrid se ha convertido en una de las poblaciones de gaviotas más importantes del país. La escasez de pesca por la sobrexplotación de nuestras costas y el desmantelamiento de nuestra flota de bajura, que limpiaba el pescado a bordo antes de llevarlo a la lonja, han provocado que estas poblaciones se hayan trasladado. Primero, a mediados de los años setenta, lo hacían de forma estacional en los meses invernales, cuando los temporales azotan la costa. Ahora la población de gaviotas madrileñas es casi equivalente a las invernantes. Al amanecer, grandes bandos surcan los cielos de la capital hacia el vertedero de Valdemingómez y Pinto, donde se alimentan de los despojos de la gran ciudad. Suelen asearse y descansar en las lagunas de las antiguas graveras o en las orillas del río Manzanares. Con nuestros prismáticos, podemos distinguir cormoranes, gaviotas sombrías, patiamarillas e incluso algunas árticas, que al caer la tarde, regresan a sus encames en el embalse de El Pardo y Manzanares el Real.

El medio cambia para bien o para mal, por la intervención humana la mayoría de las veces, y sólo las especies que son capaces de adaptarse a estos cambios y aprovecharlos en su propio beneficio, encuentran en ellas un trampolín para su proliferación. Numerosos ejemplos tenemos en nuestra fauna de ello. La esquiva cigüeña negra (Ciconia nigra) al igual que su hermana la cigüeña blanca (Ciconia ciconia), se alimentaban en las tierras de labor y zonas húmedas de insectos, invertebrados, anfibios y pequeños peces. La cigüeña blanca opto por acercarse al medio humanizado, anidando en nuestros campanarios y ahora incluso en las antelas de telefonía y superestructuras metálicas. Su dieta se diversifico hacia el nicho donde los recursos eran casi inagotables, la basura. Hoy la cigüeña negra, es una rara especie en peligro de extinción que migra cada invierno a sus cuarteles africanos. Su hermana, tras un periodo de decadencia demográfica, su población comenzó ascender y hoy hay excesos de población en ciudades como Alcalá de Henares y sus viajes transaharianos son cada vez menos frecuentes.

Quizás haciendo honor a Darwin, esto es parte de la selección natural, pero también, nosotros debemos concienciarnos en la riqueza de oportunidades que nos ofrece la diversidad natural y no acentuar los cambios de manera vertiginosa, sin dar oportunidad a nuestros compañeros de viaje, que más pronto que tarde, los necesitaremos.